Competitividad e innovaciones: resumen del grupo de trabajo

Se partió del ejemplo del proyecto Breakout como replanteamiento de los espacios públicos para la actividad informacional y el co-working, un ámbito para fomentar la colaboración entre profesionales. Pese a que el proyecto no ha hecho más que empezar y se debe pasar del concepto de networking al de co-working, se trató de abrir el debate en torno a temas como la investigación que debe debe acompañar estrechamente a estos proyectos de innovación.

Otras cuestiones que se plantearon de partida en torno a ese ejemplo fueron las del tiempo que lleva movilizar a la gente, la necesidad de compartir el lenguaje y referentes comunes entre el centro y su público objetivo, así como de indicadores. Por otro lado, que se visualice y haga tangible el retorno de inversión en tiempo y conocimientos.

Buenas prácticas

Entre los diferentes participantes, provenientes de centros de conocimiento, empresas, ayuntamientos y otros ámbitos de la administración, se identificaron innovaciones hacia las que actualmente hay que estar atentos en el ámbito de las herramientas audiovisuales e interpretativas vinculadas a la tecnología, por un lado, y en cuanto a la participación a las redes sociales y el networking.

Se mencionaron por ejemplo métricas independientes para desde los ámbitos rurales tomar decisiones sobre el territorio en función de cómo se está desplazando la población y los recursos. O redes de participación ciudadana impulsadas desde centros de conocimiento que parten de la escuela, donde el uso compartido de ordenadores entre niños, padres y profesores permite nuevas dinámicas para compartir actividades. También de cómo vinculado a esa estrategia surgen empresas e iniciativas de potenciación del turismo local, de manera que se activan circuitos que ponen en valor los recursos de los municipios. Se trata, en esos casos, de ordenar más y mejor los recursos, donde si en última instancia hay valor comercial surgirá una empresa, y si el valor es social puede ser la administración quien lo adopte. Se plantea que se debe escuchar más a la gente y qué quiere hacer, donde diseñar con el “cliente” permite hacer de algún modo un “focus grup” ideal.

También surgieron discusiones en torno a la dicotomía entre competitividad o cooperación en el ámbito empresarial, dados los momentos de cambio en la cultura digital y cómo está afectando a la identidad y los procesos internos de las empresas. Se constataron tendencias hacia el uso de la red sólo en el plano del márketing, por un lado, y por otro ejemplos de aplicación de dichas posibilidades de colaboración y compartir de modo interno, entre procesos, departamentos y empleados. También se discutió cómo afecta todo ello al ámbito de las pequeñas empresas locales, y cómo entrar en diálogo con ellas desde los centros de conocimiento, por ejemplo en base a indicadores que se puedan trabajar conjuntamente.

Otros aspectos vinculados a buenas prácticas e innovación fue el del concepto de utilidad y cómo asignar el valor real y la remuneración más allá del precepto de lo público y gratuito, y así cómo cierto grado de investigación básica que ayude a mostrar la necesidad social de servicios o proyectos, incluso vías de sostenibilidad económica.

La propuesta de valor de los centros de conocimiento está, en base a lo que se demuestra que puede funcionar, en jugar un papel clave entre la universidad (investigación) y las empresas (innovación), ayudando a que incluso éstas sean más competitivas. Un centor de conocimiento en ese sentido podría ayudar a internacionalizar, a desarrollar o mejorar tecnología, a potenciar el networking. El otro componente sería la innovación imprescindible para ser instituciones válidas en el siglo XXI, fomentando el esfuerzo y la emprendeduría más allá que aspirar a la subvención continua (y así contribuir a generar riqueza).

Problemáticas actuales

Comenzó por constatarse los retos de formación y alfabetización, así como cierto grado de conflicto en la manera de encararlos entre lo que promueven los “tecnólogos”, por un lado, y los sociólogos por otro. A continuación se abordaron temas en torno a los interlocutores, el impacto o las métricas vinculado a la actividad de los centros de conocimiento.

Respecto a la relación entre interlocutores y actores en contextos de posibles innovaciones competitivas, es complicado llegar al consenso y adaptar el discurso sobre innovación si no es en recoger buenas prácticas (como por ejemplo en el caso de libros) o acercándose a colectivos como los diseñadores u otros profesionales liberales, que innovan regularmente de modo muy creativo. Otra problemática vinculada a la empresa que sale o trabaja junto a un centro de conocimiento es la falta de cultura o de discurso en torno a ese nuevo paradigma, pero las iniciativas de innovación local de toda la vida están ahí, y se pueden canalizar a través de prescriptores, tendencias de consumo generales (como las ecológicas) e incluso figuras como las de técnicos de transferencia que a través de cierta capacitación previa pueden ser agentes del cambio en ese sentido.

En relación al impacto y a cómo dar el salto a modelos de negocio o sostenibilidad económica, partiendo del ejemplo de cómo las empresas más innovadoras invierten en I+D se consideró qué personas y actitudes pueden ser aceleradoras del cambio en ese sentido (por ejemplo en torno al ejemplo de Apple). En relación a la sostenibilidad en ámbito público, considerando que las restriciones van a ser importantes y se puede producir en el tiempo una cierta diferenciación entre proyectos para la creación de tejido empresarial, tal vez haya un canvio en el modelo de equipamiento público. El ocio ahora tiene menos sentido que dotar de nuevas competencias al ciudadano, de ahí la reconversión de equipamientos. También se trató de la diferencia entre explorar y explotar la innovación, donde a menudo crear ideas o mejoras en procesos y productos vinculados a la creatividad de las personas requieren luego de otras con capacidad de explotación para hacerlas viables económicamente (cuando para llevar a cabo ideas es necesario dotarse de recursos y capacidades) y aplicar incluso criterios de diversificación.

En cuanto a la transcendencia en el valor social, las cuestiones fueron sobre si el enfoque es el correcto en torno a comunicar e implicar a la gente en la innovación, y si cabe o tiene sentido el dobre discurso en torno a los centros y contexots rurales por oposición a los urbanos. De ahí que varios participantes se plantearan qué motiva a que una persona utilize las redes sociales en las empresas, en los comercios, en el entorno rural. En ese sentido se deben contemplar sistemas de valores distintos (generar empleo, fomentar la cohesión social, mejorar la representación del comercio, aumentar la seguridad, la educación, etc) pese a que en métricas (e incluso significados) los tecnólogos, sociólogos y economistas no suelen estar normalmente de acuerdo.

Por parte de los participantes en el grupo pertenecientes a grandes empresas se puso sobre la mesa el hecho que sin la participación del cliente no se puede hacer hoy día innovación. Innovación como acción y como adaptarse a demandas especializadas, cuando el ciudadano cada vez está demandando más servicios y a menor coste. Canviar ese proceso con inversión en tecnologia requiere también procesos de testeo con los ciudadanos, un modelo que implique a empresas, administración publica y ciudadanos y donde el modelo cobra mucho sentido. Ese modelo puede tener sentido e implica que los centros de conocimiento tienen que actuar y pueden hacerlo junto la administración (en el caso de la energía o la comunicación mejorando usos de redes WiFI, por ejemplo, o mediante sensores que ayuden a la eficiencia energética).

La retroalimentación con la ciudadania es fundamental, como muestra por ejemplo el caso de la matriculacion por Internet en guarderias, un canal mediante el cual los ciudadanos se dirigen a la administración de forma automática (tanto para facilitar datos como opinión como quejas), y se puedes conocer de ese modo los focos de actuación prioritaria de mucho mejor manera, detectando la necesidad para poder implantar mejoras con agilidad.

Desde la opinión de representantes de la administración a nivel nacional, se constató que hay países como China, Corea, Taiwan o EEUU donde las administraciones públicas se están implicando bastante en este tipo de procesos innovadores, más allá de la empresa y su papel en todo ello. De ahí que los centros de conocimiento puedan ser una herramienta más en ese proceso, acercando posiciones, ya que por sí solos tampoco lo pueden cambiar todo. Es algo que tiene que ver con los modelos de país, de regiones, de ciudades… Si la ciudad no se moderniza en paralelo no es posible abrir vías de participación innovadoras.

Lo que se podría hacer

Debe seguirse contando con el respaldo político en un sentido amplio y estratégico, a la vez que articulando respuestas comunes y especialmente mecanismos de coordinación y de seguimiento de lo que cada centro está llevando a cabo en el ámbito de la innovación.

La administración es la facilitadora en ese sentido y quien debe dar los respaldos definitivos, más allá de los políticos. El interés público, el poder público, debe poner recursos para esas políticas.

Llámese administración o bien “lo público”, con ejemplos de impulso y estrategias de tracción desde el ámbito local (donde por ejemplo los blogs de alcaldes van a veces más allá del “marketing 2.0″), debe darse el respaldo para innovar tocando la realidad y las necesidades diarias, todavía de modo más innovador en un escenario de escasez económica (que a menudo es cuando surgen por necesidad las mejoras y las soluciones creativas).

Finalmente, se constata entre varios de los asistentes la necesidad de seguir experimentando en cómo fomentar la innovación, desde la propia educación hasta el tipo de mensaje que se envía a la sociedad y cómo. También la urgencia de seguir compartiendo todo eso en futuras jornadas,  además de establecer mecanismos más estructurados sobre la manera de innovar en y desde los centros de conocimiento, de manera transversal.

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